Unidad en la diversidad

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En su análisis de las actas del concilio de Cartago del año 2561, Agustín aborda la visiones tempranas sobre si el bautismo puede darse entre los herejes y cismáticos. Allí, además, aborda a quienes no reconocían el bautismo de estos grupos, y que en caso de conversión rebautizaban o, en sus términos, aplicaban el bautismo que ellos consideraban no fue efectivo. Estos estaban en oposición a los que no reiteraban el bautismo que reconocían ya había sido aplicado, por lo que no se atrevían a rebautizar. Ante esto, Agustín, en contra de los donatistas, realza la unidad en medio de la diversidad, enfatizando que quienes compartían materialmente una postura similar o igual a la donatista, diferían en cuanto al «empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vinculo de la paz»2. Dice, además, Agustín:

«Con todo, aunque tenían diversas opiniones, quedaba a salvo la caridad y se toleraron mutuamente con solicita piedad, procurando conservar la unidad del espíritu en el vinculo de la paz (cf. efesios 4,2-3), hasta que a algunos de ellos les descubriera el Señor el error en que estaban»3.

Este celebre texto agustiniano nos recuerda que la Iglesia debe estar en continuo dialogo y avance de consideraciones sobre un tópico particular en virtud de la unidad a la que hemos sido llamados a conservar, de tal manera que la premura no nos haga dividirnos sin una necesidad esencial. Aquí observamos que se conservo el primado del amor y que esa conservación trajo consigo el fruto de que posteriormente, con una mayor consideración, la Iglesia con unanimidad aceptara el bautismo aplicado rectamente de donde quiera que proviniera. Los donatistas entonces no procuraban la paz, y así muchas comunidades cristianas hoy en día, por lo que haríamos bien en atender la exhortación de recuperar el primado del amor, para así siempre estar dispuestos a conservar la paz con mayor piedad.  

Notas:


  1. Sententiae episcoporum numero LXXXVII de haereticis baptizandis CSEL 3/1,435-462.
  2. Efesios 4,3 (Versión Jerusalén Clásica). En el texto en cuestión, Agustín presenta el texto bíblico de la siguiente forma: «Sufferentes invicem in dilectione, studentes seruare unitatem spiritus in vinculo pacis». Y en el griego original se lee así: «σπουδάζοντες τηρεῖν τὴν ἑνότητα τοῦ πνεύματος ἐν τῷ συνδέσμῳ τῆς εἰρήνης·» NA28.
  3. bapt 6,22,39. CSEL 51,319: «inuicem se tamen, cum salua caritate diuersa sentirent , sollicita pietate tolerauerunt, studentes seruare unitatem spiritus in uinculo pacis(cf. efesios 4,2-3), donec alteris eorum, si quid aliter saber, id quoque illis Deus reuelaret».